HBO Max tiene disponible en su plataforma una de las propuestas que más está pisando fuerte en su catálogo: The Tourist, una miniserie de seis capítulos producida por la BBC, con locación en las profundidades de Australia y protagonizada por un Jamie Dornan, quien carga con las complejidades de una memoria erradicada de identidad y vivencias ausentes después de un accidente de auto en plena ruta desértica.
Podría haber mínimos spoilers…, podría.

La historia arranca así: “The Man” o Elliot Santley (Jamie Dornan), y con esto no estoy haciendo el major spoiler del año, circula en ruta con su auto, una ruta que, para variar, carece de nombre… Elliot frena a cargar nafta, tiene que dejar registrada su firma para poder utilizar el baño medio pelo de la estación de servicio y así seguir camino; y qué es la firma de uno sino la muestra y consciencia de quién se es ante los demás. Esto es lo que Elliot no sabe y va a intentar averiguar, después de despertar en un hospital en el pueblito australiano de Cooper Springs: que más allá del nombre que nos identifica, descubrir quienes fuimos y las repercusiones de ciertas acciones en el prontuario del que nadie está exento, se disputan en la pelea por descubrir qué hay además de lo que no recordamos, de quiénes somos o podemos llegar a ser.
Elliot Stanley no es de aquí, ni es de allá, pero tiene andar y también porvenir… asique tiene que apurarse si quiere mantenerse vivo después de descubrir que, por una razón simple y llana, aunque tampoco demasiado relevante a la trama, alguien lo tiene en la mira para asesinarlo por algo que ni siquiera tiene ni idea.

El gran acierto que tiene The Tourist es, efectivamente, Jamie Dornan. Lejos del Mr Grey del 2015 y mucho más cerca a nivel interpretación que tuvo en convertirse en el psicólogo, manipulador y asesino, Paul Spector, en el excelente thriller— policial que fue The Fall (2013), puedo reafirmar el gran y potente actor dramático que es Dornan (y ya que hice alusión a sus cincuenta sombras…, también lo es Dakota Johnnson, quién merece mención especial y le mando flores simbióticas). En los zapatos de Elliot Stanley, Dornan entra y sale del tono dramático sin marcar ni hacer evidente el pasaje del drama a la comedia, haciéndose cargo de lo que podría afrontar cualquiera de nosotros en su situación de amnesia, y como resultante es que no cae en lo bajo, porque eso digamos que no es posible cuando dosis de recuerdos vivos le devuelven aquellas acciones atribuidas en su pasado.
Todo es una búsqueda con revelaciones de quién es quién, cómo te conocí, necesito saber quién me la tiene jurada entre un par de tiros, bombas debajo de mesas y varias balas perforando cuerpos. Todo en medio de un pueblo con habitantes que se complementan en acompañar al protagonista y quienes aciertan en darle ese toque de humor calculado e incluso situacional, que le regala a la historia muy buenos momentos de risa en medio de toda la tensión caótica.


Y como todo héroe, o antihéroe, porque Elliot hace y deshace a su paso en pos de saciar la incertidumbre por su nula identidad, no puede faltar la coequiper, su única amiga en todo ese lío: Helen Chambers (Danielle Macdonald); una agente a prueba que debuta con el caso de Dornan como su primera investigación. Helen está inmersa en un vínculo de puro abuso emocional, en el cual simplemente parece deambular por la triste monotonía pasivo agresiva de un marido, quien no acompaña su crecimiento profesional ni personal y al cual lo único que podes llegar a desearle es una absoluta soledad.
En un determinado momento, a solas en un bar mientras Elliot planea su siguiente paso, surge la pregunta: “Estás muy obsesionado por descubrir quién eras. ¿Por qué no empiezas a descubrir quién eres?” de Helen hacia Elliot, mientras él intenta averiguar si un burrito mexicano podría aclararle las dudas de quién es. Y la gran verdad acá, es que en función de ayudar a Elliot, Helen se ayuda a sí misma… O mejor todavía, al final del día la ayuda termina haciéndose recíproca.


Con pinceladas que recuerdan ciertos aspectos del western con sus espacios desérticos como calurosos y determinadas situaciones que remiten, salvando las distancias amplias, a otra gran serie que fue The Leftovers (2014-2017) con Kevin y sus “viajes”, The Tourist muestra el abanico de posibilidades grises al ponernos frente a frente con la sombra del pasado. Un pasado al cual intentar volver y conseguir hacer finalmente el careo con algunas decisiones mal tomadas, nos revela que vivir con la veracidad de las acciones que nos hacen quienes fuimos y quienes somos, se vuelve un punto de quiebre. Un quiebre no solamente para quien lo vive, quien tiene que hacerse cargo. Un quiebre también para quien acompaña y quien esté dispuesto a seguir con esa parte de nosotros…

The Tourist, seis capítulos disponibles en HBO Max dignos de ver en un maratón. Un maratón que al terminarlo podrías estar preguntándote o replanteándote algunas cositas.
Mirate el trailer acá: