La búsqueda de la identidad, el amor adolescente, la transmutación y los conflictos familiares son tópicos que ya conocemos todos, y que hemos visto retratados en incontables películas y series de televisión. Sin embargo, The Innocents, la nueva serie británica sci-fi de Netflix, hace un esfuerzo por complejizar estas cuestiones, e ir todavía más lejos.
Aunque ya la primera escena es clave, no será hasta la segunda cuando veamos a nuestra protagonista, June (interpretada por Sorcha Groundsell), pintándose los labios mientras se mira en el espejo de un tocador. Se observa detenidamente, y planta un beso rojo en la carta que sostiene entre sus manos, destinada a Harry (a quien le pone la piel el inglés Percelle Ascott). Una de las tantas cartas de amor que intercambian los dos adolescentes, y mediante las cuales planean su escape de una vida por demás sobria y lenta. Pero esta huida, que podrá parecerles (y parecernos) al principio idílica, resulta ser el principio de un viaje muy distinto al que se habían imaginado cuando descubren, en circunstancias inquietantes, que June es mutadora. Es decir, que tiene el poder de adoptar la forma física de otra persona.
The Innocents es una serie de detalles, que va minando al espectador de preguntas con la promesa de ir respondiéndolas poco a poco, y a su debido tiempo. Creada por Hania Elkington y Simon Duric, hace un despliegue de actrices y actores elegidos de manera certera, con la actriz finlandesa Laura Birn como Elena, la madre (también mutadora) de June, o Nadine Marshall en el rol de la madre de Harry. Resalta quizás por popularidad el rostro de Guy Pearce -a quien vimos como protagonista en la premiada Memento, Breathe In o Prometheus– y que acá personifica a Bendik Halvorson, un doctor apasionado por el poder de la mutación y fundador de Sanctum, el refugio escondido en el que trata a sus pacientes afectadas por esta condición. Teniendo en cuenta los tiempos que corren, si hay un aspecto que suscite incertidumbre a lo largo de los ocho capítulos que componen esta primera temporada, es el porqué de que sean sólo las mujeres las dueñas de este poder. “Dueñas”, por decirlo de alguna manera, porque The Innocents nos muestra -con o sin intención- los condicionamientos que supone la magia de la transmutación para estas mujeres, que han aprendido a percibirse como amenazas en un mundo del que se sienten ajenas, y que las hace especialmente vulnerables a la maldad externa. Aunque la serie atisba a dar una explicación de este poder con una interesante combinación entre terminología científica y leyendas nórdicas (TvGuide dejó acá una lista de las reglas principales), se echa en falta una profundización del tema; de la misma manera en la que se extraña más del trasfondo de algunos personajes, cuyas presencias terminan pareciendo meramente vehículos o disparadores de historias que no son las suyas.
La dirección de arte y fotografía es, si no el más, uno de los puntos más fuertes. El resultado es una composición armoniosa en la que no pasan desapercibidos los impresionantes paisajes escandinavos (región en la que fue filmada buena parte de la serie), o el contraste entre el cálido interior de una cabaña y la fría desesperación en un baño de motel. Los reflejos son acá una herramienta recurrente que, como sí sucede en otros casos, no llega a tornarse tediosa, porque juega con el espejismo del quién-es-quién; de forma análoga a los vampiros, en el universo de The Innocents, la única manera de reconocer la identidad de la mutadora es observando su reflejo. Sin embargo, ellas no son las únicas que tienen secretos ni mucho menos serán las únicas en reprimir su verdadera naturaleza. La prolija proyección visual acompaña, a veces sutilmente y otras no tanto, a estos supuestos, en conjunción con una banda sonora a la que tampoco hay nada que reprocharle.
En su totalidad, The Innocents logra diferenciarse de otros conocidos y aclamados dramas adolescentes (a los que Netflix les está sacando mucho el jugo) creando, con un tono entre melancólico y fantástico, una atmósfera intensa que rompe con los límites etarios y en la que, más allá de sus puntos flacos, vale la pena involucrarse. Si bien todavía ni Netflix ni los creadores confirmaron oficialmente la grabación de su segunda temporada, Elkington y Duric manifestaron estar muy interesados en continuar la historia.
Podés ver el trailer acá: