¿Una muerte simplista a modo de justicia? El final de la cuarta temporada de The Handmaid ‘s Tale culminó con la muerte por partición (acrónimo de participación + ejecución) más puramente efectista que satisfactoria, del Comandante Fred Waterford (Joshep Fiennes): un integrante de los Hijos de Jacob que sí debería haber sido juzgado con las leyes de la tiranía que construyó, pero solo me queda crear su juicio en mi imaginario.

Después de dar ese primer golpe certero como puntapié inicial de su venganza contra la República de Gilead, June (Elisabeth Moss) direcciona finalmente su objetivo hacia Serena Joy Waterford (Yvonne Strahovski): la viuda afligida, aunque determinante, que cautiva en el minuto y doce segundos que dura el avance recientemente revelado.
Esta nueva temporada, a estrenarse el 14 de septiembre del 2022 en la plataforma Hulu, parecería poner el foco en remarcar la capacidad de la enaltecida Serena Joy de llevar agua a su molino y articular los acontecimientos de la temporada anterior en pos de su beneficio: no olvidemos que ella fue parte de las leyes que elevaron a la teocrática Gilead y, más allá de terminar por desvirtuarse y desactivar sus derechos como mujer— y el de todas las mujeres en el viejo Estados Unidos—, Serena siempre persuade por sus objetivos. La cuestión es que la muerte de Fred a manos duras de June y las ex-Criadas refugiadas en Canadá, le viene como anillo al dedo (je). ¿Pero qué tan necesaria era la figura del asesinado Waterford para que Serena lleve a cabo sus intenciones? Incluso antes de la fundación de Gilead, el mismo Fred había sido subyugado por el deseo de Serena respecto a solventar la natalidad y convertirse en la ansiada madre que siempre quiso ser. Algo me dice que en esta temporada podría estar la respuesta.

A través de la transparencia del velo oscuro, la mirada de la viuda Waterford y la persuasión a Canadá “bajo su ojos”, están a una múltiple transmisión en vivo de distancia: en el cortejo del difunto Hijo de Jacob. La viudez parece ser el canal más acertado para conseguir enaltecer su imagen y reforzar “el lugar de una mujer”… El poder y masividad de la imagen como recurso de comunicación, es su arma, y como dice June: «ella sabe que el mundo está mirando».

June Osborn quiere hacerle saber que en sus manos se escurre la sangre de su ex esposo, y si Serena quiere pelea, la va a tener.
Temporada a temporada, vimos cómo el arco de transformación de June empezó a adentrarse y parecería correr el riesgo de desembocar en la autodestrucción. Avasallada por las marcas y el extirpe que continúa haciendo Gilead — ahora representada en Serena— en su vida y en la de los que ama, June está dispuesta a todo y más por derribarla. Incluso si eso significa la posibilidad de retornar a Gilead. Habrá que ver si la capacidad de Luke (O.T. Fagbenle) alcanza para convencerla de desistir, pero la guerra deja su silenciosa omnipresencia y parece surgir como lo inevitable. La República de Gilead no va a permitir la quietud internacional tras la decapitación del personaje de Joshep Fiennes.


¿La caída de Gilead se percibe a la distancia? ¿O los acuerdos e intereses diplomáticos pesan más que la liberación de los oprimidos? Queda esperar al estreno de la nueva temporada. Pero lo claro es que June Osborn y Serena Joy, más complementarias que distantes y retroalimentadas por objetivos similares, aunque decisiones opuestas, van a mostrar de qué más están hechas.
La confrontación tiene dos caras y nombres de mujer. Y el teaser, con una reversión impecable de Fighter de Christina Aguilera por Power-Haus, lo confirma: