Hoy, jueves 2 de septiembre, en la plataforma Cine.ar, se estrena Tarará, la historia de Chernóbil en Cuba. La ópera prima documental de Ernesto Fontán, declarada de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación, cuenta la historia del programa de rehabilitación cubano para niños afectados por el famoso desastre nuclear de Chernóbil, Ucrania, en 1986.
La idea surgió a mediados del 2018, próximos a cumplirse los sesenta años de la revolución cubana. “Con el objetivo de realizar una película relacionada a Cuba y la solidaridad, desde el Espacio de la Fraternidad Argentino Cubana, al cual pertenezco, surgió la idea de realizar un documental sobre Tarará, ya que allí conocimos esta historia que quisimos contar”, declara Fontán cuando le preguntan sobre el desarrollo del documental.

Para ponernos en contexto, el documental transcurre entre 1990 y 2011. Paralelamente a la explosión de la central nuclear, pero del otro lado del atlántico, Cuba se preparaba para afrontar la caída de la URSS, su principal socio y sostén económico, junto con el recrudecimiento del embargo estadounidense desde 1992 con la ley Helms-Burton y muchas restricciones económicas que impedían comerciar con otros países, generando una situación de asfixia económica nunca antes vista en la isla. Este fue el periodo más difícil que tuvo que afrontar la economía de Fidel Castro y que, más tarde, se conocería con el nombre de “Período Especial en Tiempo de Paz”.
A pesar de todas las adversidades que afrontaba la isla, Fidel recibió un pedido por parte de Ucrania y, sin dudarlo, recibió durante veinte años a más de 26.000 niños ucranianos, rusos y bielorrusos enfermos por el accidente nuclear de abril de 1986 para brindarles tratamiento médico gratuito. Todo esto desarrollándose en uno de los momentos más difíciles de la historia cubana.
Este programa de recuperación integral para los miles de niños afectados por la explosión se llevó a cabo en la Villa de Tarará. Este fue lugar de descanso de la burguesía ya que contaba con hermosas playas caribeñas. Era lugar de encuentro, también, de los comandantes, búnker de las brigadas de alfabetización, colonia de vacaciones de los Pioneros y, finalmente, el lugar de sanación que le da vida a este documental, donde médicos, traductores y personal de la salud se comprometieron día y noche al cuidado de estos pequeños, que pasaron a formar parte importante de sus vidas, según los relatos que forman parte de esta historia.
Se realizaron trasplantes, tratamientos contra el cáncer y operaciones muy complejas con recursos mínimos. El compromiso de los médicos y del gobierno para la recuperación de estos niños fue fundamental y realmente conmovedor. La mayoría de ellos eran huérfanos, no conocían el idioma, habían perdido familiares y en la isla los recibieron como si fueran sus propios hijos.
Es una historia llena de ternura, amor y humanidad que, en tiempos de pandemia, nos hace replantearnos muchísimas cosas: desde las patentes de las vacunas, la solidaridad internacional y la falta de dirigentes como Fidel, hasta una mirada periférica del mundo, que haría tanta falta en este momento en particular. El documental logra conmover con los relatos de los protagonistas, sobrevivientes recuperados de enfermedades que en su país no tenían tratamiento y sí una sentencia de muerte, pero que en Cuba encontraron una nueva oportunidad, de una manera sumamente hospitalaria. Además hay testimonios de Silvio Rodríguez, Aleida Guevara, Roberto Fernández Retamar, Ignacio Ramonet, Atilio Borón, Ramón Labañino y Gerardo Hernández que aportan la cuota final de emotividad a la historia.
Mirá el tráiler:
DISPONIBLE PARA LATINOAMÉRICA
Del 26 de agosto al 26 de Septiembre
Festival Internacional de Cine de América en Hidalgo, México.
GRATIS por https://www.vix.com/
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DISPONIBLE PARA ARGENTINA
Desde el 2 de Septiembre
Con ticket digital por https://play.cine.ar/