En una misma semana, tres personas que sigo en Instagram recomendaron Malcolm & Marie, así que busqué a alguien que me convidara Netflix. La vi un viernes a la noche con mi hermana. La primera escena nos hizo pensar en una película de terror, pero yo ya sabía que no era el caso. Curiosa, había mirado el tráiler y me había quedado resonando la idea de que no era una “love story”, sino una “story about love”.
Malcom y Marie entran a la casa vestidos de gala y ya desde el primer momento vemos que el dialogo tiene un papel importante en esta película en blanco y negro. Malcom (John David Washington) comienza con un cuasi monólogo, ebrio y acelerado, sobre el premio que le acaban de entregar por su película. Marie (Zendaya), modelo y exactriz, fuma a un costado y lo escucha distraída, claramente acostumbrada a esa verborragia exagerada.

A partir de ahí, la conversación se vuelve discusión. La casa, único escenario de la película, se transforma en ring. Vuelan golpes en ambos sentidos. Hay gritos, llanto, golpes bajos. Reconciliaciones, muchas reconciliaciones. La noche es un constante ir y venir. Se odian, se aman, se vuelven a odiar, se vuelven a amar. Y así hasta el cansancio. Entretejidas en mitad de los gritos y el llanto, hay reflexiones filosóficas sobre la fama, el talento y el egocentrismo de los artistas, todo expresado en voz alta, por supuesto.
Podría pensarse que tanto ir y venir cansa, pero la tensión se mantiene. El ritmo y lo certero de cada frase hace que sea imposible bajarte de esa montaña rusa. Incluso, a través de los cortos silencios y de la música, siguen hablando. Malcolm & Marie no es una historia de dos personajes que se cruzan y se enamoran. En esta ocasión ya se conocen, quizás incluso demasiado. Malcolm & Marie muestra cómo hace una pareja para volver a levantar una ciudad luego de la guerra. El tráiler no mentía: no es una historia de amor, es el camino de regreso al amor.
Mirá el tráiler: