La escena parte de una contemplación. Al salir, la señora Christiane observa cómo un helicóptero traslada una estatua de Lenin. Desde la visualización del afuera percibe cierta anomia, pero el proceso de recuperación que puso en marcha su hijo provoca que no pueda contextualizarla. A pesar de ese acontecimiento, el plan de su hijo no se cae; sigue vigente cuando le presenta un marco a los acontecimientos externos a la habitación.
El desentendimiento de Christiane se contrapone al del espectador que ve en esa contemplación la representación del título. Hay un desplazamiento del culto y en ese desplazamiento, su despedida. La eliminación de Lenin evidencia una presunta victoria al poder reunificarse Alemania. El fin de la división no se da desde la dialéctica alemana con un Tschüss (chau) o un Auf wiedersehen (adiós); se presenta desde una terminología inglesa: Goodbye. Se refleja que aquella reunificación se da desde el avance de un producto importado, que se desplaza desde la Alemania Occidental hacia la Alemania Oriental. Sin embargo, aquello que se va con Lenin es el culto importado por la URSS.
El título Good bye Lenin presenta la dicotomía exógena que tuvo que atravesar el pueblo alemán durante 40 años del siglo XX. La victoria de la reunificación provocó que se pierda al enemigo y que la dicotomía global no tenga más rival. Ya sin Lenin, lo único que quedó es good bye.
Si querés ver la película, te dejamos el tráiler:
Dedicatoria del autor: Para Vana.