Título: Hacerse mujer en un mundo de varones que no besan
Autora: María Luisa Lerer
Editorial: Beas Ediciones – Colección: La hoja de parra
Páginas: 217
Género: Literatura Feminista
Toda persona contemporánea al Tercer Reich conocía las tres K de Hitler para mantener bajo control a las mujeres: kinder (niños), kuche (cocina) y kirche (fe). Su lugar en el mundo, su misión, era SER en pos del hombre: hija, esposa, madre. Roles dependientes de un otro masculino que determinaba conductas, actitudes, pensamientos. ¿Cuánto de Hitler, entonces, se siguió perpetuando durante años, incluso hasta en la actualidad? ¿Qué nivel de conciencia tenían y tienen de ello los perpetuadores? Partiendo de tal hipótesis, María Luisa Lerer, en su libro Hacerse mujer en un mundo de varones que no besan, nos propone acompañarla en un recorrido histórico por las construcciones genéricas bajo la premisa de lograr mirar el mundo desde una perspectiva andrógina, que integre lo femenino y lo masculino sin estereotipaciones, criticando las dependencias y diferenciaciones culturales, abruptas y abismales, para dar lugar al cambio del SER por el ESTAR SIENDO: un gerundio que rompe con la permanencia y milita a favor de la libertad de género y sexual.
Declarada como personalidad destacada de las Ciencias Médicas, Lerer es considerada pionera en territorio argentino en lo respectivo a problemáticas de sexualidad con perspectiva de género. Comprometida con el feminismo y el aborto legal, seguro y gratuito desde la década de los 70, plasma en este, como en cada uno de sus libros, no solo sus saberes como psicóloga y sexóloga, sino también su conciencia con respecto a las construcciones históricas y culturales de los géneros. Dicha militancia se ve marcada en el título, que seguramente no pasó desapercibido al momento de su primera edición en 1992; también en las dedicatorias, que contemplan a los derechos humanos, las mujeres feministas y a quienes luchan en contra del sexismo; y finalmente en el apartado que da cierre al libro donde se proveen definiciones tales como sexismo, machismo y sexogenitalidad, entre tantos otros términos.
A lo largo de los capítulos, todos ellos con títulos y epígrafes sumamente sugerentes, Lerer aborda condicionamientos provenientes de la religión, la política y el arte que entran a funcionar desde la infancia marcando línea sociocultural de lo que implica ser y hacerse mujer, en clara contraposición de ser y hacerse macho, aunque indiscutiblemente asociados. Un modelo de mujer que sigue a Hera, diosa de la maternidad; otro modelo inspirado en Afrodita y su erotismo; y una tercera asociada a Atenea, intelectual y competidora del hombre. Mujeres que sirvieron de arquetipo para marcar los mandatos sociales que dijeron, a lo largo de la historia, cómo ser mujer, hoy puestos en jaque más que nunca. Arquetipos reforzados por la Iglesia y sus pautas acerca de cómo y para qué educar a hombres y mujeres. Mejor dicho, machos alfas y señoritas que canten arroz con leche, me quiero casar.
Hadas, no brujas. Esposas al servicio del hombre y con instinto maternal, no adúlteras. Devotas, no herejes. Vencidas, no vencedoras. Dulces, tiernas y delicadas. Recluidas, relegadas, perdidas. En la vereda opuesta a la masculinidad que rechaza la debilidad por estar «siempre erectos, mirando para arriba, creyendo que son el punto más alto», en palabras de la propia autora, dentro de su mundo falocéntrico, vigoroso y poderoso. Ya no más.
Este 8 de marzo conmemoremos a la mujer trabajadora y revolucionaria que luchó y lucha contra la opresión patriarcal y capitalista; contra la explotación, la sumisión, los mecanismos de opresión y los arquetipos de falsa perfección. Para dejar de ser explotadas, privadas de libertad, víctimas del machismo y su violencia. Salgamos a las calles a recordarles que somos y seremos lo que nosotras queramos ser, no lo que otres nos impongan como mandato. Y también leamos el libro de Maria Luisa Lerer, claro.