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´Galaxia´, de Juan Solá

Título: Galaxia

Autor: Juan Solá

Editorial: Sudestada

Páginas: 160

Género: Novela Realista

Explosión y propulsión. Cuerpos celestes y materia cósmica sobrevolando por ese universo en donde las palabras se vuelven fuerza gravitatoria para llenar cada hueco espacio temporal. Múltiples seres deviniendo partículas integrantes de la Tierra y del universo en su completitud. El Sol que ilumina y, al mismo tiempo, hace arder. La Vía Láctea latiendo con cada fragmento verbalizado. Lo micro y lo macro vueltos sístole y diástole del corazón cosmológico que funde, en una sola pulsación, la herida y el abrazo que busca ser cálido nido, refugio y caricia de contención, ante tanta miseria humana.

Al multiverso de Juan Solá le sobran espinas; esas que no solo raspan y dejan cascarita, sino que calan profundo, por todos los rincones de la sangre, los huesos y la piel. Pero también ese universo, sostenido en el transcurrir de toda su narrativa, desborda en abrazos empáticos, en gritos furiosos contra las injusticias, en plasma hirviendo con cada historia de vida volcada sobre el papel.

Galaxia parecería ser el destino final de ese cosmos. Sin embargo, también puede leerse como punto de partida, incluso en la oración que da cierre a su último capítulo. Por sus páginas transitan personajes ya conocidxs por lxs lectorxs, provenientes de La Chaco y Ñery (títulos que conforman, junto a Galaxia, la trilogía novelesca del autor), así como también voces y fragmentos recuperados de relatos más antiguos en el tiempo, como es el caso de Sarita, protagonista junto a Sergio de La parte honda del río, o bien citas textuales extraídas de Microalmas, Épica urbana y Naranjo en flúo. Una constante invitación a la memoria emotiva de lxs aficionadxs a la obra de Juan, o bien de descubrimiento para quienes recién se adentran en su universo literario.

Nos encontramos entonces con Galaxia, con Ximena, con Hiedra, con el Oreja, con el Ángel, con Doña Pachi, e incluso con los ostentadores de poder de Azcuénaga. Las historias se encadenan, una detrás de otra, como parte de una misma naturaleza que incluye hasta las pupilas de cada lectora o lector. Los fragmentos se enlazan, teñidos de sentimentalismo. Todo se relaciona y, lo que pareciera quedar por fuera, termina encontrando su lugar en la galaxia juansolariana, que siempre halla la manera de generar mímesis, catarsis,  identificación y reflexión.

Conformada por tres partes, y un total de treinta y tres capítulos, Galaxia toca múltiples temáticas: la libertad, los prejuicios, la construcción ficticia de lo aparente en contraposición a lo real, los distintos modos de ejercer violencias, las adicciones, la pobreza y la muerte, el reflejo de la otredad en el nosotrxs y visceversa, o las formas que puede tomar el amor. Las jaulas que habitamos afloran en cada párrafo y la novela se vuelve un camino de búsqueda, de introspección, de descubrimiento, de ansias de lucha y liberación, aunque el sendero esté plagado de piedras que buscan derrumbarlo todo. 

La narrativa de Juan es polifónica y allí se encuentra su riqueza. Cada palabra se vuelve polisémica en esa vasta galaxia de historias de vida y, tanto los lazos, como las identidades de los personajes, se van construyendo desde la primera persona. El autor les cede el lápiz y el papel para que materialicen sus propias voces y que cada lectorx lxs sienta cerca, como si estuvieran hablándole al oído, como si estuvieran caminando juntxs por «una ciudad ciega / que no mira pero escupe / que no ve pero golpea», en palabras de Natalia Bericat, en su prólogo a Galaxia. Así, una vez más, personajes invisibilizadxs en la literatura y temáticas tan crudas como realistas encuentran su lugar para ser nombradas, narradas y denunciadas. 

«Lo lindo de llorar con un libro es que uno llora acompañado», afirma Franco Rivero en el epílogo. Y es así: todxs encontramos emoción, resistencia y consuelo en la escritura de Juan. El problema era el mundo, tan lleno de miedo, tan vacío de amor. Eso creía Galaxia, seguramente desconociendo a su creador que, una vez más, abraza con su poesía innata a las múltiples microalmas protagonistas de la épica urbana cotidiana. Vendrán días de abrazos y será como si también yo les abrazara, profesa seguidamente. Y sí, Galaxia. Eso sucede, efectivamente, con cada culminación de lectura de Juan Solá. 

Autor

Vanina Gerez

Estudiante del Profesorado en Letras. Escritora.

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