Sublime.
Es la única forma en la que puedo describir la re-adaptación de la obra de Ingmar Bergman, que causó controversia en el año 1973. Siendo la original sueca y llamándose “Secretos de un matrimonio”, podría decirse que, si bien
toma ideas de su predecesora, se distancia completamente.
Escenas de un matrimonio es una miniserie de 5 capítulos de máximo 1 hora de duración, bajo la dirección de Hagai Levi y con la producción ejecutiva de Jessica Chastain (La hora más oscura, Mama) y Oscar Isaac (Star Wars, Ex Machina), quienes asumirán el rol del matrimonio conformado por Mira y Jonathan.
Desde la música de presentación, que a mi me ha resultado de una sutileza perturbadora en contraste con las imágenes cálidas y oscuras a lo largo de la serie, hasta el movimiento constante —porque lo hay, lo hay–, todo confluye de manera perfecta para hacernos oscilar como espectadores partícipes.
Se empatiza con Jonathan, se empatiza con Mira, se los odia a ambos, se los desea. Queremos preguntarles: ¿qué concepción tienen del amor? ¿Se aman o no se aman? ¿Qué es el amor?
Y es que ocurre lo siguiente: primero, si bien la serie transcurre con la intervención de pocos personajes (realmente pocos) el movimiento es constante. Todo el tiempo hay un tira y afloja entre los protagonistas, dentro de sus diálogos y monólogos que nos genera una tensión indisoluble. Y segundo, que Escenas de un matrimonio busca incomodidad y no refugio. No hay que esperar una serie para el goce, en el sentido de la pertenencia, sino un choque
duro contra la realidad de la que, paradójicamente, intentamos escapar.
Los episodios duran 1 hora pero se hacen muy cortos. Nos preguntamos cómo puede hacerse tan corto el tiempo pasando tantas cosas. Y es que veremos temas como la monogamia, relaciones abiertas, aborto, infidelidad, realización personal, maternidad, paternidad, el rol de cada personaje dentro del matrimonio.
Esa es una cuestión importante porque, a diferencia de su original, aquí es Jessica Chastain (Mira) quien provee al hogar. Es decir, es quien tiene un trabajo bien pago y quien deposita la mayor parte de la crianza, por mutuo acuerdo, en la responsabilidad de Oscar Isaac (Jonathan). Mira es la proveedora del hogar, rol fundamental para la cuestión de género que nos interpela muchísimo, sobre todo en la actualidad. Jonathan cumple el rol del progenitor que sostiene el hogar desde el trabajo como padre y como escritor part-time, también importantísimo para redefinir conceptos.
El matrimonio es un acuerdo, ¿puede ser también una sociedad?
A lo largo de los capítulos iremos viendo todas estas cuestiones. Vamos a sufrir con los personajes, nos vamos a plantear si hay bueno o malo en esta historia y vamos a buscar a quién defender.
Entonces, nos daremos cuenta de que tanto Mira como Jonathan se están re- definiendo. Algo está cambiando en ellos, ¿Qué es?
¿Podrá su matrimonio sobrevivir a todos estos planteos? ¿Serán más las dudas y los miedos? ¿Es posible que el amor no alcance a pesar de todo? ¿Existe el compañerismo dentro de un matrimonio? ¿Es viable casarse?
Es una serie que toca, de las que me gustan. No puedo ser imparcial. Leí muchas críticas alabándola pero no recomendándola a parejas. Difiero: véanla con su pareja, compañerx, cónyuge, etc. Háganse las preguntas que atraviesan a Jonathan y a Mira, subsúmanse a sus monólogos y déjense subyugar por toda esta cuestión emancipatoria de las relaciones.
¿Es el matrimonio una salida o un punto de encuentro?
Una apuesta agridulce, sin duda. El amor no siempre alcanza y eso está perfecto porque no vivimos solamente de amor. Las imágenes y la puesta en escena son cálidas pero tristes, siempre dando lugar
a un dejo de soledad, aunque existan dos personas en una misma habitación.
Pueden ver Escenas de un matrimonio ya completa en HBO.
