Alguien tenía que haber calumniado a Josef K., pues fue detenido una mañana sin haber hecho nada malo. Así se da inicio a El Proceso, novela inacabada de Franz Kafka que se publica de forma póstuma en 1925. En ella, un gerente bancario, Josef K., es detenido una mañana sin más explicación que el hecho de estar siendo procesado. A partir de allí, se enfrenta a sucesivos interrogatorios, a la vez que es partícipe de extrañas situaciones, sin llegar nunca a saber de qué lo acusan ni quiénes están a cargo de su juicio, dado que solo tiene contacto con mensajeros del juez y son ellos quienes le informan cómo avanza su proceso, convenciéndolo de que debe asumirse culpable pese a desconocer realmente cuál es esa culpa que otros le atribuyen.
Bajo el mismo nombre de la novela de Kakfa -en un claro juego con el rótulo que los dictadores eligieron para autodenominar sus días en el poder- se conoce a la dictadura cívico-militar que gobernó al país entre 1976 y 1983. Un día como hoy, hace 43 años, la Junta Militar emitía su primer comunicado, recomendando a todos los habitantes el estricto acatamiento de las disposiciones y directivas que emanen de la autoridad militar, de seguridad policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones. Sacaba así a relucir su poder, ese poder abusivo que fue utilizado para perseguir, torturar y asesinar a miles de argentinos durante más de siete años, inculcándoles todo tipo de culpas y miedos, como los mensajeros a Josef K.
El castigo a la libertad de expresión fue una de las formas de propagar el temor con el fin del acatamiento sin oposiciones a los líderes. El control y la censura repercutieron fuertemente sobre la política, la cultura y el arte en pos de “neutralizar el germen subversivo”. Así, muchos intelectuales ocuparon las listas negras de los dictadores, siendo perseguidos o prohibidos. Sin embargo, tanto de forma alegórica, como desde el exilio o una vez recuperada la democracia, los artistas alzaron su voz para referirse a la etapa más trágica de la historia argentina.
Mucho se ha escrito sobre esto, por lo que hoy elegimos compartir con ustedes una pequeña lista de textos relacionados con el mal llamado Proceso de Reorganización Nacional para observar las distintas formas que los autores eligieron para abordarlo, pero sobre todo para repensarlo y resignificarlo con cada lectura, manteniédolo siempre vivo en la memoria porque NUNCA MÁS.
Un elefante ocupa mucho espacio – Elsa Bornemann
Es probable que Elsa Bornemann jamás se haya imaginado que este libro infantil iba a formar parte de la lista de cuentos prohibidos por la dictadura militar. Un elefante ocupa mucho espacio fue rápidamente leído como una alusión directa al momento que estaba atravesando el país, sobre todo por la huelga de animales que sirve de base al relato, en la que un elefante se revela contra el dueño del circo y se niega a actuar en la función para poder recuperar su libertad. Con la televisión transmitiendo el minuto a minuto del conflicto y la lucha colectiva que se desencadena, este cuento es un claro ejemplo para el público infantil -y no tanto- de que, a través de la unión, es posible desafiar y vencer a los opresores, dejando al descubierto la verdad de los hechos.
Hoy – Pablo Díaz
Posiblemente, Pablo Díaz sea el sobreviviente de La Noche de los Lápices más recordado por todos, no solo por ser uno de los pocos que se mantiene con vida después de tan trágico suceso, sino porque desde su libertad ha luchado incansablemente por los derechos que le quitaron a él y sus compañeros, relatando con precisión cada hecho que tuvo que vivir, siendo de gran importancia su testimonio para la justicia. Este poema nos presenta el lado más sensible de esa persona que con todo el dolor del mundo le escribe a su enamorada, aquella Claudia Falcone que lo despidió una tarde en el centro de detención, tras la promesa de ambos de volverse a encontrar afuera, en libertad.
El Eternaura II – Héctor Germán Oesterheld
A diferencia de lo que sucede en la primera parte de esta historieta, Juan Salvo, su protagonista, se ve invadido en esta segunda entrega por el ideal de lucha política, inmerso en la Buenos Aires de 1976 dominada por los Ellos y los Manos, esos personajes que concentran todo el poder. La Junta Militar no tardó en darse cuenta de la alegoría que relacionaba claramente ficción y realidad, haciendo desaparecer a su autor tras la publicación de la historieta. Sin embargo, el Eternauta sigue más vivo que nunca porque desde el momento en que comienza la historia, cuando los lugares empiezan a reconocerse y la historia va tomando vida en nuestra imaginación, ya sabemos que lo que tenemos entre manos no será un libro más.
Hechos y relaciones – Juan Gelman
Los cercanos a Gelman desaparecían mientras él, desde el exilio, nada podía hacer. Solo escribir y dar origen a uno de sus libros más reconocidos, en donde se narran hechos que suceden y sorprenden a cada instante, y relaciones que se pierden de un momento a otro por culpa de una fuerza ajena. Hechos y relaciones es eso: un conjunto de poemas de quien en la literatura encontraba una forma de expresarse libremente, dando rienda suelta a los sentimientos que lo invadía en su día a día, y que en Argentina lo obligaban a callar.
Carta abierta de un escritor a la Junta Militar – Rodolfo Walsh
Esta carta es la mayor representación de rebeldía de un artista frente a la censura impuesta por la última dictadura militar. Porque su autor sabía a lo que se estaba exponiendo y no le importó. Porque Walsh era consciente de que rápidamente lo saldrían a buscar, y aún así decidió escribirla. El 25 de marzo de 1977, un día después de enviar por correo su carta, el escritor y periodista fue secuestrado en las inmediaciones de las avenidas San Juan y Entre Ríos, en la ciudad de Buenos Aires. Este defensor incansable de la democracia y la justicia integra desde entonces la lista de desaparecidos, pero su ideal de lucha sigue y seguirá siempre vigente.