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“¿Cómo las cosas llegaron aquí?”: un diálogo extraordinario entre la soledad, el tiempo y las proyecciones

¿Cómo las cosas llegaron aquí? De Ivan Haidar, es una excelente interpretación de la soledad que devino en mil pedazos para enfrentar a la propia soledad. Algo que parece ilógico a simple vista pero que a partir de procedimientos precisos se convierte en una realidad asombrosa.

¿Cómo se logra esto?

En dos líneas de tiempo bien definidas: El presente y el pasado, el primero es en donde se desarrolla el aquí y ahora; y el proyectado, que por sus características supone la filmación de un pasado reciente.

“Ivan digital se cruza con el Ivan presencial, el físico”, dice el autor de la obra, que además ocupa todos roles, hasta el trabajo técnico en vivo.

La sala es una gran pantalla, un teatro en 2D, como llevándole la contra a la necesidad de la época. Allí hay una escenografía mínima sobre un fondo blanco en donde la convivencia con la proyección es tan orgánica que por momentos te perdés en el tiempo.

Además del propio performer y el proyector hay: una banqueta alta con un velador encima, un ventilador enano, una mesa, dos sillas, una escalera con diez peldaños, una figura decapitada y una maceta amarilla. Cada objeto se mueve, cada objeto se movió y cada objeto se va a mover y a veces todo eso está pasando a la misma vez.

Dice también Ivan: “Me llevó a un lugar fantasmagórico esa cosa mágica que se arma”.

Y sin lugar a dudas que eso ocurre, como también las apariciones de posibles nuevas historias y viajes en el tiempo. Y esto se logra a partir de la multiplicidad de herramientas que Ivan pone en práctica, el diálogo entre diferentes dispositivos y las creaciones que también irrumpieron como disparadores de otras experiencias. 

La obra surgió a partir de una propuesta del ciclo “Instalar Danza”, en el año 2019, pero la llegada de la pandemia hizo imposible la idea original y mutó hacia un ciclo de proyecciones en FIBA 2021. Esa fue la primera aparición de ¿Cómo las cosas llegaron aquí?, desde la virtualidad, pero con una potencia expansiva que la llevó a la presencialidad.

Es así como esta obra se hizo carne y dejó de ser pixeles, o al menos permitió que ahora sea posible presenciarla en persona.  

El sábado 25 y el domingo 26, a las 21hs serán las dos últimas posibilidades de verla -al menos por ahora- en Argentina, ya que la obra participará del festival  “Porto Alegre en escena” durante el mes de octubre.

Es importante destacar que toda esta instalación se realiza en el Centro Cultural Vil Teatro (11 e/ 70 y 71 – La Plata) y en ese mismo espacio está la casa del artista, lo que sin dudas termina de fortalecer este diálogo entre presente, pasado y futuro.

Las entradas (en modo gorra virtual) se pueden sacar en el siguiente link de Alternativa Teatral:

Ahora si, ya sabés que hacer el fin de semana.

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