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Casi normales: el musical de Broadway que triunfa en Mar del Plata

  • Teatro

En los últimos años, la salud mental ha cobrado un rol preponderante en la agenda mediática y artística. Afortunadamente, cada vez son más las apuestas culturales que se animan a tratar temáticas vinculadas con la depresión, la ansiedad, los trastornos alimenticios, entre otros padecimientos. Dar cuerpo y voz a estas problemáticas ayuda a disminuir el tabú que suele rodear a quienes las viven en carne propia. Este es el caso de Casi normales, una obra que luego de triunfar en la avenida Corrientes, desembarcó en el verano marplatense y logró cosechar tres premios Estrella de Mar.

Se trata de la adaptación del musical estadounidense Next to normal, representado por primera vez en 2009. Basada en el guión original de Brian Yorkey – quien adaptó la novela Por trece razones para Netflix – y en la música de Tom Kitt – aclamado compositor de Brodway -, la versión argentina estuvo, desde un comienzo, destinada al éxito. En Buenos Aires fue estrenada en 2012 en el teatro Liceo, pero muy rápidamente fue trasladada a teatro de mucha mayor capacidad. Desde ese entonces fue representada centena de veces ya sea en el Teatro Liceo, Apolo, Tabarís, Nacional o Metropolitan, con actores de la talla de Mariano Chiesa, Alejandro Peker, Fernando Dente, Peter Lanzani, Laura Conforte, Alejandra Perlusky, entre otrxs.

El elenco renovado de Casi Normales para la temporada de verano

En sus casi 120 minutos de duración, Casi normales se dedica a derribar diferentes tabúes en torno a la salud mental y estereotipos en cuanto a la neurodiversidad. Si bien, desde la primera escena podemos observar un matrimonio de mediana edad acompañado de dos hijxs adolescentes, un hecho crucial pondrá en jaque la estructura – en apariencia – normal de esta familia. Por un lado la hija menor, Natalie (Manuela del Campo), se siente sobrepasada por las presiones de sus padres hacia sus estudios y su carrera musical; por otro, su madre, Diana (Natalia Cociuffo) es diagnosticada con bipolaridad y debe comenzar un largo tratamiento. Así, Casi normales no solo representa el miedo, la incertidumbre, la incomprensión y el estigma ante un diagnóstico psicológico, sino que también el largo derrotero hacia una vida plena y feliz. Durante toda la representación, asistimos al periplo de Diana en búsqueda de sanación, pasando por distintas terapias, muchas de ellas inefectivas y dolorosas. De esta manera, el musical realiza una fuerte crítica hacia la extrema medicalización de lxs pacientes psiquiátricxs, al mismo tiempo que deja un mensaje alentador de superación personal.

Su valor y originalidad radica en evitar los cliches y no edulcorar – ni escatimar en – temáticas que podrían ser sensibles: intento de suicido, muerte, abuso de psicofármacos, indicios de esquizofrenia, violencia psiquiátrica, entre otros. Como espectadores somos guiados por un altibajo de escenas, que se desenvuelven entre el romanticismo de los recuerdos, la tristeza del presente y la esperanza del futuro. En paralelo al tratamiento de Diana, conocemos en profundidad a su esposo y el despertar amoroso de su hija adolescente. En todo momento, las grandes actuaciones e interpretaciones vocales, nos permiten empatizar con los personajes y llevar a cabo una de las grandes operaciones dramatúrgicas: la catarsis. Ya desde la época de Aristóteles, en la Antigua Grecia, se entendía que la principal característica del teatro era generar la expiación de las pasiones humanas a partir de la emoción de ver una representación artística vinculada a las temáticas que nos aquejan como sociedad.

Cabe destacar que dos de lxs actores fueron premiadxs en la cuadragésimo séptima ceremonia de los Premios Estrella de Mar. Iñaki Aldao – quien interpreta al hijo varón del matrimonio y ya se ha lucido en El curioso incidente del perro a medianoche (2019) – ganó el premio revelación; mientras que Natalia Cociuffo fue destacada como mejor actriz protagónica de comedia musical. Por su parte, Casi normales también recibió el premio a mejor escenografía. Sin lugar a dudas, la disposición escenográfica – diseñada por Marcelo Valiente – constituye un elemento crucial en la obra: se trata de una estructura metálica de tres niveles que lxs actores pueden recorrer libremente durante sus números musicales. A su vez, permite la realización simultánea de escenas, haciendo un uso creativo de las alturas, así como también de los movimientos dramáticos, que permiten el ascenso y descenso de lxs personajes, tanto a nivel físico como metafórico.

Iñaki Aldao, revelación: “Es lindo mimo anecdótico y hermoso” « Diario La  Capital de Mar del Plata
Iñaki Aldao en los Premios Estrella de Mar

Además de la voz de lxs actores, la obra cuenta con música en vivo, interpretada por artistas locales. En el tercer y último nivel de la estructura escenográfica, encontramos tecladistas, guitarristas y bajistas que construyen una inolvidable banda sonora. En Casi normales asistimos a piezas de rock, pasando por música clásica, pop y baladas. Esta amplia diversidad musical acompaña los drásticos cambios de ánimo de la protagonista, hecho asociado a su bipolaridad, diagnosticada por un tan extravagante como divertido psicoanalista – en la piel de Dan Breitman -. De esta forma, la salud mental de Diana, no solo se ve representada en sus parlamentos, sino también en los diversos ritmos que consolidan la estructura del musical.

Es importante realizar una mención aparte para vestuaristas e iluminadores, quienes logran conjugar la esencia de la colorimetría con los sentimientos de lxs personajes. A partir de la vestimenta de lxs actores podemos evidenciar no solo sus estados de ánimo sino también la relación que establecen con lxs demás integrantes de la escena. Al observar con detenimiento, vemos que ningún elemento es dejado al azar en Casi normales, donde los colores complementarios y opuestos son utilizados a fin de acompañar perfectamente al guión (spoiler: presten especial atención a estos detalles en la escena final – ¡no tiene desperdicio!). Algo similar sucede con la iluminación que construye paletas de colores acordes a cada uno de los géneros musicales que componen este musical: desde tenues luces blancas, hasta brillantes rojos, azules y verdes, cambios que nos permiten una mayor compenetración con lo contado sobre el escenario.

Sin lugar a dudas, tanto para quienes estamos en Mar del Plata, como para quienes viven en Buenos Aires, Casi normales es una visita obligada para disfrutar del buen teatro nacional. Independientemente de que nos gusten o no los musicales, esta obra logra transmitir grandes significados y hacer un uso orgánico de las canciones, además de una puesta artística de gran calidad y sentimentalismo.

FUNCIONES: Miércoles a domingos a las 22hs en Teatro Neptuno

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Autor

emiliapozzoni

Profe de Prácticas del Lenguaje que, en los ratos libres, lee e investiga sobre literatura digital.

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