Una propuesta diferente en este 36° Festival de Cine de Mar del Plata fue Bob Cuspe: Nós não gostamos de gente, película brasileña del director Cesar Cabral que fue parte de la Competencia Latinoamericana. La misma, hecha enteramente en stop-motion, nos introduce dentro de la mente del popular historietista Angeli, quien actualmente está atravesando por una crisis creativa.

Dentro de su cabeza, un desierto cuasi deshabitado, nos encontramos con Bob Cuspe, un punk rebelde y uno de sus personajes más populares. Él, junto a otras de las particulares creaciones del autor, parecen estar viviendo en ese mundo post apocalíptico venido a menos por la falta de inspiración de Angeli, que ya está llegando a sus 60 años y pareciera haber perdido esa conexión especial con sus ilustraciones y el mundillo punk. Además, hay una peligrosa amenaza que está tras Bob y su grupo: un ejército de pequeños Elton Johns que no dudarán en asesinarlos a la primera oportunidad que se les presente. Una metáfora del pop destituyendo al under.
Con esta interesante y un tanto bizarra premisa, esta original biopic nos acerca al genio creativo de Angeli y las circunstancias que atraviesa hoy día, a la vez que nos muestra la aventura que sus personajes están atravesando en su cabeza para llegar a comunicarse con él.

Acción, comedia subida de tono, nostalgia, absurdo y más, una película que es como una montaña rusa, presentándonos dos realidades dispares que se suceden al mismo tiempo, pero en distintos planos de la realidad.
La trama avanza de forma dinámica y nos permite conocer en profundidad al artista y su obra, que están estrechamente relacionados, a la vez que parecen independientes, pues los personajes no siempre buscan cumplir con los deseos y objetivos de su creador. Con el tiempo y los montones de cómics publicados, estas figuras parecen haber adquirido su propia consciencia y forma de vida, más allá de lo que quiera o no el autor ahora. Aquí se abre un interesante debate sobre los productos artísticos y quienes los crean. ¿Se puede separar al artista de la obra? ¿La obra vale por si misma? Al adoptarla y consumirla un determinado público, ¿pueden éstos apropiársela? Las respuestas posibles son demasiadas y muy variadas.
Una cosa es segura, Bob Cuspe llega para enfrentarse a lo que sea y desafiar hasta a su propio creador, plantando una bandera bien clara: ¡El punk no está muerto!
Mirá el trailer acá: